Serbia y Kosovo llegaron a un acuerdo hoy para reducir las tensiones en su frontera común, que habían aumentado en los últimos diez días -con movimientos de tropas y blindados- por una disputa por las matrículas de los vehículos.
Según el acuerdo, Kosovo deberá retirar de la frontera sus fuerzas especiales de policía y los serbokosovares poner fin a los bloqueos de carreteras como primer paso para solucionar la crisis fronteriza entre Serbia y su antigua provincia, que en 2008 proclamó la independencia, que Belgrado no reconoce.
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El pacto se logró en Bruselas después de dos días de intensas reuniones de los negociadores jefe de las dos partes bajo mediación de la Unión Europea (UE).
El diálogo en la capital belga contó con el apoyo de EEUU a través de la presencia del subsecretario adjunto de Estado Gabriel Escobar.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, celebró un acuerdo que reduce "las tensiones en el norte de Kosovo".
"Ambos, Kosovo y Serbia, deben ahora participar de forma constructiva en el diálogo para avanzar rápido en la normalización de las relaciones", dijo Borrell en su cuenta de Twitter.
La crisis de las matrículas
El gobierno de Kosovo desplegó la semana pasada fuerzas especiales de policía en cruces fronterizos para imponer la retirada de matrículas serbias de los automóviles que entraban al país, argumentando que un acuerdo de hace una década había caducado.
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Pristina asegura que simplemente actúa en reciprocidad a lo que Serbia ha venido haciendo en los últimos años, ya que no permite entrar en su territorio vehículos en cuya matrícula se lee "República de Kosovo".
En protesta a esa decisión, los serbios del norte de Kosovo, que no reconocen la soberanía de Pristina y son mayoría allí, bloquearon la frontera con camiones.
Serbia denunció como una "provocación" la presencia de unidades policiales militarizadas de Kosovo en la frontera y dijo que no admitiría que se dañase a civiles serbokosovares. En una aparente demostración de fuerza, cazas y helicópteros serbios sobrevolaron el pasado fin de semana las inmediaciones de la frontera común.
Tal como dijo ayer en Pristina la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, la crisis de las matrículas no es sólo sobre las placas de los vehículos, sino sobre las visiones contrapuestas que Kosovo y Serbia tienen acerca de su propia noción de soberanía.